En la Lupa

LAS PRIMARIAS, LA UNIDAD Y LAS CAMPAÑAS

María de la Paz Higueras.

Los dos sectores que hacen vida política en el país, es decir, los revolucionarios y los contrarrevolucionarios, están en plena campaña. Quienes abrazan la esperanza de un futuro mejor, de una Venezuela vibrante y victoriosa los que militan en el PSUV están en plena campaña interna, han terminado las primeras jornadas que consistieron en la presentación de distintos candidatos que se auto postularon en cada circuito de todo el país.

Allí se medirán, unos con más ventaja que otros, como es de suponerse, porque el que hacer político es así y nosotros estamos muy lejos de cambiar esas prácticas, por eso tendremos que ver a gente que maneja data y tiene todos los teléfonos de todos los votantes y los atiborra de llamaditas, mensajes y otras cosas, pero nunca se molestarán para verle la cara por lo que es improbable que ese voto sea un voto duro.

Están los que no necesitan ni eso, porque ya los que tienen el partido por la barba, ya le han limpiado el camino, han realizado sus alianzas y han convencido a algunos militantes para lograr su apoyo. Finalmente está el grupo que trabaja en la calle, con la gente. Los que se han apoyado mutuamente para evitar que les arrebaten los módulos de Barrio Adentro o el centro cultural donde se imparten las clases de Misión Ribas, los que le hacen seguimiento a Misión Sucre y los que están pendientes de los INCES y sus actividades. Esos si se conocen, se tratan, se disgustan entre ellos y luego hacen las paces.

¿Cuántos de esos logrará ser candidato después del 2 de mayo?, posiblemente muchos. Otros conseguirán lo que aspiran gracias a otras bondades también de este proceso revolucionario, pero al final de cuentas tendrán que medirse en las internas. Los votos cuentan.

Esa es una realidad, la otra es la que está mostrando la oposición, con personal contratado para repartir volantes y volantes, de esquina en esquina, grandes afiches unos de mucha calidad, otros de menos… muestran los rostros de “Ahora si”, “Compromiso 100%” que ya declinó por cierto, “Yo estoy consciente y tu”. Nada nuevo. Todo se parece mucho a los billetes verdes que traen un triángulo con un ojo viendo para todos lados para ver en que bolsillo se queda.

No se medirán todos, algunos habrán llenado los bolsillos de unos cuantos y otros se quedarán mirando desde la barrera. No les permitirán siquiera postularse por su cuenta. El resultado podría ser la dispersión del voto y el debilitamiento de sus aspiraciones, pero ojo con esto pues también podría tratarse de un espejismo. Ellos se unen cuando se trata de eliminar al enemigo.

No están pensando en Venezuela ni en su gente, ni en su prosperidad, su desarrollo y su crecimiento.

Ellos solo aspiran obtener el poder para deshacerse de Chávez, pero eso significaría deshacerse de Chávez y los chavistas… de sus hijos… de sus nietos… de todo lo que huela a este proceso. Por eso, la unidad entre las filas revolucionarias es indispensable en esta oportunidad, la aceptación o no de alguno de nuestros candidatos deberá quedar en la contienda electoral interna. No más allá.

Nuestro verdadero enemigo en esta oportunidad es el fascismo, encarnado en cada uno de los representantes de la oposición y su capacidad de organización y movilización en las jornadas electorales. Los sectores bien identificados como opositores seguramente tendrán su propia actividad, su tarea.

Hagamos la nuestra, votemos en las internas, evitemos confrontaciones inútiles y luego, unamos esfuerzos para una campaña con todos los hierros que nos permita celebrar una victoria contundente. No aceptemos medias tintas. Una victoria contundente. Esto es lo que se merece este pueblo, el pueblo del 19 de abril de 1810, el pueblo del 2002, el pueblo del 2010.