Por Reinaldo Quijada
No sabemos si Bolivariana de Seguros se murió o si anda de parranda. Pensamos que se trata de esto último y eso nos preocupa porque, si es así, la parranda lleva ya un año. O, quizás, realmente, se murió porque no se ha sabido más de ella. El inicio de sus operaciones estaba previsto para abril del 2010, después de 3 años de estudios, instalación del sistema informático de seguros y recursos invertidos. En ese entonces, hubo un cambio de administración y la empresa que iba, progresivamente, a absorber las pólizas de HCM y los reaseguros de las Instituciones Públicas, se fue de parranda. La idea tenía muchos enemigos. Intereses en juego. Se le quitaba el chupetín de la boca, a muchas empresas de seguros privadas y de corretaje, al igual que a las clínicas privadas, la mayoría de ellas creadas sin el control y la supervisión del Estado, mientras que, con lo que se estaba iniciando, esos fondos iban a pasar de un bolsillo al otro del propio Estado. Se obtendrían ganancias y ahorros, para la nación, que podrían servir para financiar proyectos sociales. No es un secreto que muchas empresas de seguro, por vía de las inmensas pólizas que contratan las Instituciones del Estado, mantienen el propio sistema privado de seguros y clínicas, mientras alimentan la corrupción y financian, por vía de sus ingentes ganancias, a la propia contrarrevolución. ¡Un muy apetecible manjar! No faltaban los que decían, del lado nuestro, que lo que se necesitaba, en lugar de una empresa de seguros del Estado, era un sistema público de salud que socializara la medicina. Argumento propio de quienes defienden intereses creados, enmascarando sus intenciones “pidiendo el cielo cuando se les ofrece la gloria”. Bolivariana de Seguros era sólo un primer paso, después podría avanzarse en la socialización de la medicina que es un proceso largo e inmensamente complejo.
La vieja estructura privada de Seguros La Previsora, empresa que pasó a manos del Estado, pareciera haber absorbido la nueva estructura que se estaba creando con Bolivariana de Seguros. ¡Lo que estaba por morir absorbiendo lo que estaba por nacer! Conocemos, como organización social, el tema. Nos interesó en lo político. La anterior administración de Bolivariana de Seguros tuvo la idea de apoyar a la Misión Barrio Adentro, de establecer algún nivel de cooperación, entre las dos estructuras. Cuando ya todo estaba a punto de caramelo, Bolivariana de Seguros decidió irse de parranda y aún pareciera seguir de juerga… Atrás quedaron los ahorros para la nación, no sólo en las pólizas de HCM sino también en los reaseguros, la reinversión de utilidades en programas de carácter social, el baremo de precios en los servicios médicos para evitar la especulación, el ingreso a las clínicas sin claves de emergencia, las coberturas sin límites de edad, la aceptación de patologías pre-existentes, los servicios oftalmológicos y odontológicos que no cubren los seguros privados. Atrás, un gran paso hacia adelante, si no para socializar el sistema de salud, cuando menos para humanizar la atención al ciudadano. ¡Arranque de caballo y parada de burro! Vencieron el dinero y la corrupción… Y seguimos financiando la contrarrevolución con recursos del Estado.
No sabemos si Bolivariana de Seguros se murió o si anda de parranda. Pensamos que se trata de esto último y eso nos preocupa porque, si es así, la parranda lleva ya un año. O, quizás, realmente, se murió porque no se ha sabido más de ella. El inicio de sus operaciones estaba previsto para abril del 2010, después de 3 años de estudios, instalación del sistema informático de seguros y recursos invertidos. En ese entonces, hubo un cambio de administración y la empresa que iba, progresivamente, a absorber las pólizas de HCM y los reaseguros de las Instituciones Públicas, se fue de parranda. La idea tenía muchos enemigos. Intereses en juego. Se le quitaba el chupetín de la boca, a muchas empresas de seguros privadas y de corretaje, al igual que a las clínicas privadas, la mayoría de ellas creadas sin el control y la supervisión del Estado, mientras que, con lo que se estaba iniciando, esos fondos iban a pasar de un bolsillo al otro del propio Estado. Se obtendrían ganancias y ahorros, para la nación, que podrían servir para financiar proyectos sociales. No es un secreto que muchas empresas de seguro, por vía de las inmensas pólizas que contratan las Instituciones del Estado, mantienen el propio sistema privado de seguros y clínicas, mientras alimentan la corrupción y financian, por vía de sus ingentes ganancias, a la propia contrarrevolución. ¡Un muy apetecible manjar! No faltaban los que decían, del lado nuestro, que lo que se necesitaba, en lugar de una empresa de seguros del Estado, era un sistema público de salud que socializara la medicina. Argumento propio de quienes defienden intereses creados, enmascarando sus intenciones “pidiendo el cielo cuando se les ofrece la gloria”. Bolivariana de Seguros era sólo un primer paso, después podría avanzarse en la socialización de la medicina que es un proceso largo e inmensamente complejo.
La vieja estructura privada de Seguros La Previsora, empresa que pasó a manos del Estado, pareciera haber absorbido la nueva estructura que se estaba creando con Bolivariana de Seguros. ¡Lo que estaba por morir absorbiendo lo que estaba por nacer! Conocemos, como organización social, el tema. Nos interesó en lo político. La anterior administración de Bolivariana de Seguros tuvo la idea de apoyar a la Misión Barrio Adentro, de establecer algún nivel de cooperación, entre las dos estructuras. Cuando ya todo estaba a punto de caramelo, Bolivariana de Seguros decidió irse de parranda y aún pareciera seguir de juerga… Atrás quedaron los ahorros para la nación, no sólo en las pólizas de HCM sino también en los reaseguros, la reinversión de utilidades en programas de carácter social, el baremo de precios en los servicios médicos para evitar la especulación, el ingreso a las clínicas sin claves de emergencia, las coberturas sin límites de edad, la aceptación de patologías pre-existentes, los servicios oftalmológicos y odontológicos que no cubren los seguros privados. Atrás, un gran paso hacia adelante, si no para socializar el sistema de salud, cuando menos para humanizar la atención al ciudadano. ¡Arranque de caballo y parada de burro! Vencieron el dinero y la corrupción… Y seguimos financiando la contrarrevolución con recursos del Estado.
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