Por Sabino Barroso Pimentel
El Comandante Presidente Hugo Chávez, en el marco de la conmemoración más histórica, fervorosa y popular del aniversario (227°) del nacimiento del Padre Libertador Simón Bolívar, denunció o reveló, una vez más, los obsesivos planes del águila imperial para deponerlo a través del magnicidio, de su secuestro o de un conflicto armado con la hermana república de Colombia. ¡Todo vale, camaradas!
Alguien, a quien pido disculpa por no recordarlo, dijo con gran perspicacia que los primeros muertos de la invasión a Irak, fueron los de Puente Llaguno, cuando el criminal y alevoso golpe de abril de 2002. En efecto, la invasión a Irak la inició, el 20 de marzo de 2003, la autodenominada Coalición de la voluntad, integrada por Estados Unidos (EE.UU.) y sus conmilitones del Reino Unido, España, Portugal, Italia, Polonia, Australia y Hungría. Véase pues la aguda perspicacia de quien señaló que los primeros muertos de esa invasión fueron las inocentes víctimas del golpe de 2002 y alegó, de manera inobjetable, que el fracaso del golpe precipitó la invasión a Irak.
Esa invasión, cuestión a tomar muy en cuenta, se llevó a cabo sin declaración de guerra, sin el mandato expreso del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y, no contó con el respaldo de Francia, Bélgica, Alemania, Rusia y China. Otro dato importante es que, Alan Greenspan, quien fungió como presidente de la Reserva Federal de EE.UU., banco central de los estadounidenses, aseguró, en 2007, que no eran el Desarme de Armas Devastadoras (ADM) de Irak, ni la lucha contra el terrorismo de Al Qaeda, las causas de la invasión, sino el control de las reservas de petróleo de Irak, para evitar que la Unión Europea o la emergente potencia; China, accedieran a esas reservas. ¡Por ahí vienen los tiros!
De Álvaro Uribe Vélez, Nacido el 04 de julio (de 1952), no es mucho lo que hay que decir, excepto que la desesperación que lo aterra, porque se va en muy pocos días de la presidencia de Colombia, lo ha llevado a realizar unas acusaciones carentes de veracidad y con unas deleznables pruebas, ante la OEA, a través del energúmeno Hoyos. Se trata es, de torpedear cualquier posibilidad de recomponer las relaciones con Colombia, ante la asunción a la presidencia de Juan Manuel Santos, quien, a pesar de sus negros antecedentes, ha dado signos de que esa recomposición es posible. Influyen en Santos, sus indudables deseos de diferenciarse de Uribe, el restablecimiento total de las relaciones comerciales con Venezuela, cuyos tropiezos tanto han perjudicado a los empresarios colombianos y, además, apoderarse del control de la política del hermano país, zafándose del mafioso de Uribe (Narcotraficante N° 82, según la DEA), quien más temprano que tarde caerá enredado en su propia telaraña y terminará sus días encanado.
El 22 de abril de 2010, se produjo el desastre ecológico más grande de la historia de la humanidad; el derrame de petróleo del Golfo de México, de consecuencias inmensas e imprevisibles. Esa tragedia ambiental la desencadenó la explosión de una plataforma de extracción petrolera (Deepwater Horizon) de un pozo submarino en aguas ultra-profundas, de la British Petroleum (BP). Este tipo de extracción se ha llevado a cabo por la insaciable avidez de petróleo del imperio, puesto que, su costo económico es altísimo y la tragedia en comento, por ejemplo, ha develado su inconveniencia, al punto de que hasta la detonación de una mini bomba atómica estaba prevista para detener el incontenible y gravoso, en todos los aspectos, derrame de petróleo. Esto no es ficción, ya antes en circunstancias parecidas, pero en escala muchísimo menor lo hicieron los rusos en cinco ocasiones, entre 1960 y 1980. ¡Bitumen, habemus!
La cúpula de la plutocracia de la nómina mayor, de PDVSA, que por un dólar venden hasta a su madre, si es que la tienen, entre las múltiples artimañas de las que se valieron, no tuvieron mejor argumento para completar sus malignos planes de privatizar a PDVSA, que vendernos la idea de que en la faja petrolífera del Orinoco, no había petróleo… sino bitumen. Estimo innecesario entrar en más detalles, todos conocemos el triste mito de la faja bituminosa del Orinoco, el Comandante Presidente Hugo Chávez Frías, ha sido luz del Sol para aclararnos lo que escondía esa pandilla de ladrones.
Sintomáticamente, el águila imperial tras la hecatombe del Golfo de México e inconforme con las bases de Colombia, Aruba, Bonaire, Curazao, Panamá, Perú, Argentina (Las Malvinas), Puerto Rico, Honduras, El Salvador, Cuba y cualquier otra que se me haya escapado, a partir de este mes de julio, valiéndose de un genuflexo permiso del parlamento de Costa Rica, comienza la ocupación militar de ese país y se prevé que para el mes de diciembre de este año, el águila imperial contará, en la patria de los ticos, con 46 navíos; 200 helicópteros; 10 aviones y 02 submarinos, bajo el abstruso y ridículo pretexto de combatir el narcotráfico. ¡No pasarán!
El Comandante Presidente, Hugo Chávez Frías, Jefe Supremo de la Revolución Bolivariana y Líder Continental, no se cansa de decirlo y nos alerta; el imperio viene por el petróleo de la faja. El problema de la obtención de ese recurso se le complica cada vez más, sus reservas ya se agotan; la explotación en aguas ultra profundas se le convirtió en una calamitosa tragedia; de Canadá apenas obtiene unos 800.000 barriles diarios, pero de arenas bituminosas; el petróleo de los países extra continentales le resulta sumamente oneroso, en comparación con el nuestro. En fin, el petróleo de la faja del Orinoco, a todas luces, le es el más apetecible, entre otras cosas, por la avanzada tecnología que se utiliza para su procesamiento; es el de más fácil explotación; la faja es la mayor reserva del mundo; está en tierra firme; no hay posibilidad de subsidencia, en el terreno, como en el Lago de Maracaibo… y, para los yanquis cualquier aventura militar, por muy increíble que parezca, es, más que factible, conveniente. ¡Remember Playa Girón!
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