Por Reinaldo Quijada
¡Hagamos lo imposible para que no lo sea! El contenido y alcance de las “líneas estratégicas” es extraordinario. No es la primera vez que el Presidente Chávez nos “sacude” con un cuerpo de ideas importantes. Lamentablemente, esas grandes ideas suelen quedarse en el camino. No propiamente porque el Presidente no las impulsa, sino porque no hemos sido capaces, dirigencia y militancia, de materializarlas…Hay algunos casos emblemáticos. La Reforma Constitucional. El Presidente Chávez presentó un proyecto coherente de 33 artículos y nuestra Asamblea Nacional le agregó 36 adicionales, algunos arbitrarios y, la mayoría de ellos, de escasa cohesión con los anteriores. El resultado fue una grave derrota electoral. El PSUV. En sus inicios, se establecieron las bases de una sólida estructura organizativa. Se crearon las Circunscripciones y los Batallones Socialistas, para después sustituirlos por las actuales patrullas. Los Batallones, de una misma Circunscripción, tenían bastante contacto entre sí, las patrullas andan dispersas, como “ánima en pena”. ¿Error táctico? No lo creemos. Estamos convencidos que ese “cambio” fue intencional. Pensemos en la premisa, “divide y vencerás”, y encontraremos la respuesta…
¿Seremos capaces de pasar de la evidente “cultura política capitalista”, a lo interno del PSUV, a la militancia socialista? Empecemos por lo simple: democraticemos al PSUV. ¡Es fácil, si la intención de cambio es real! ¿El PSUV dejará de actuar como una mera “maquinaria electoral”? ¿Execraremos del PSUV, prácticas éticas inaceptables, indignas de una revolución, como la “compra de conciencias”? No estamos convencidos de ello… Somos escépticos, con el tema de las “líneas estratégicas”, porque hemos empezado mal. El llamado “Instrumento de sistematización del debate”, de 10 preguntas, limita y encasilla la discusión. La “sistematización” misma es compleja y la historia nos dice que el resultado, de estos procesos de “sistematización”, ha estado “determinado de antemano” por los intereses de, cuando menos, una parte de nuestra alta dirigencia. ¡Esto podemos negarlo y rasgarnos las vestiduras, pero todos sabemos que ha sido así! Al igual que sabemos que las llamadas “elecciones por las bases” no han sido tales. Sabemos que los resultados terminan siendo el producto de las imposiciones de una maquinaria electoral, al servicio de los llamados candidatos “oficiales”, de gobernadores, alcaldes o dirigentes nacionales. ¡Esto es tan cierto como que la tierra es redonda y gira sobre sí misma y alrededor del sol! Nos preocupa también, como elemento nuevo, que se esté señalando que el método de selección de la dirigencia será por el procedimiento de la “cooptación”. No somos tan ingenuos, ni tan tontos para pensar que esta “idea”, entre comillas, pueda prosperar. Pensamos que es una táctica perversa, una “trampa engaña bobos”, que permita señalar, con trompetas y fanfarrias, ante el previsible rechazo de las bases, que las “elecciones serán, entonces, por las bases”. Entiéndase, esto último, por la usual imposición de las “maquinarias electorales”. Muchas ideas buenas, pocos cambios. “Y, sin embargo, se mueve”, diría, nuevamente, Galileo. La derecha sigue avanzando, aunque insistamos en negarlo…