Por María de
La iglesia tiene años conspirando, los pulpitos son ahora los más activos foros de debate político que no solo se usa en domingos, sino cualquier día de la semana pues hasta las misas de difuntos sirven para denigrar de la obra de gobierno, maldecir y renegar del jefe de estado a quien adversan de manera furiosa.
Es ahora que, conjugados con la agenda internacional han avanzado de manera abierta con un vocero visible y han decidido salir de manera clara y con un vocero visible y además con un gran peso dentro de los movimientos católicos y con todo el apoyo del estado del Vaticano.
La iglesia desde tiempos inmemorables ha sido una sombra en la vida de los habitantes de este planeta, pues por razones que nadie comprende y en aras de códigos y misterios el hombre se ha enfrentado a las guerras santas, la puesta y derrocamiento de reyes, presidentes y líderes.
La iglesia le ha hecho creer al hombre que hay un dios que está viendo en todo momento y en todo lugar, pero sobre todo está viendo para castigar, pues han creado un ser supremo cruel, castigador. Un ser que sin tener cuerpo persigue de manera constante e implacable. Solo los miembros activos de esa iglesia pueden hacer lo que les da la gana, crear demonios, quemar brujas, robar, mentir y ahora el tema tan en boga la pedofilia, todo bajo una impunidad que estremece
La iglesia en Venezuela adversa a este gobierno de manera constante y abierta. Universidades y colegios manejados por monjas y curas han estado minando la mente y la conciencia de los jóvenes y niños, pero sobre todo han manejado la conciencia de los padres de estos niños y adolescentes alentando el odio, el racismo, la división entre hermanos, el irrespeto a las autoridades legítimamente establecidas.
Desde hace varios años las comunidades organizadas que rechazan este tipo de prácticas antidemocráticas y fascistas han pedido la revisión del acuerdo que rige la relación con el vaticano y la iglesia católica, sin que ello haya sido posible sino hasta ahora cuando
El pueblo venezolano, cristiano como lo es, espera que las autoridades competentes puedan finalmente revisar la actividad de estos grupos que se esconden detrás de las puertas de las iglesias para convertirse en actores políticos, manejar grupos de opinión, establecer agendas mediáticas y finalmente utilizar la actividad educativa y pedagógica para desestabilizar todo un país y establecer los límites que la misma ley establece para ejercer sus actividades y regularizar las mismas haciendo advertencias claras sobre la violación de estas disposiciones.
Pero no olvidemos lo más importante; informar sobre lo dispuesto, para que el pueblo pueda ejercer su contraloría social y hacer valer sus derechos en el pulpito o fuera de él.
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