Revolucionario será aquel que pueda revolucionarse a sí mismo
Ludwig Wittgenstein
Por Sabino Barroso Pimentel
…ellos hace 11 años tenían más diputados, vienen es pa’ bajo, nosotros apenas teníamos 46 de 207. Éste es el resultado de la cámara de diputados del congreso 1998. Este es diputados nada más. Nosotros éramos minoría.
Acción Democrática tenía nada más que 62, Copey 28, Proyecto Venezuela 20. Habría que sumar todo esto a ver cuánto da y ponerlo en un solo bloque ¿no? Acción Democrática tenía 62, ahora tiene 22, Copey tenía 28 ahora tiene seis, Proyecto Venezuela tenía 20 ahora tiene dos, el MVR en cambio tenía 46. Hoy el Partido Socialista tiene el doble, casi el doble, 98, más del doble ¡bueno! Esto es matemática (…) Pitágoras creo que fue el que dijo: Dios hizo al mundo con la matemática. Dios habla con la matemática y yo creo que es verdad. Hugo Chávez en rueda de prensa, Salón Ayacucho, Palacio de Miraflores. 28 de septiembre de 2010.
Las palabras precedentes constituyen un análisis real y serio, aunque parcial, de los resultados electorales del pasado 26-S. Análisis hecho a menos de 24 horas de concluidos esos comicios y al que, por lo demás, nos tiene acostumbrado nuestro Comandante Presidente. Y lo hace de manera sencilla y serena, sin ampulosidades, pues, pocos como él conoce las realidades del pueblo, las del movimiento revolucionario (en singular) y las de las oligárquicas burguesías venezolanas. Y, si a ver vamos, se trata y se tratará siempre de superar el pesimismo, el derrotismo, el desánimo, el cansancio, los pretextos y etcétera… adelante, por encima de las tumbas adelante.
Es necesario entender que un análisis tiene por objeto la separación, reducción, distinción, fragmentación (etcétera) de las partes de un todo para conocer sus principios o elementos. Y que, de otro lado, las comparaciones, siempre odiosas, son acientíficas e interesadas y, con base en ellas, no debemos ni podemos pontificar y echárnosla de infalibles, pues, cuando mucho, somos inefables o corremos el riesgo de serlo. Y, por supuesto, conlleva una descalificación a priori, de quien o de quienes disentimos, y eso es inadmisible para quienes militamos en el campo revolucionario, o para más, mayor o mejor concreción: para los militantes del PSUV. Quienes debemos ser disciplinados o pasarnos, de una, al lado opuesto (Podemos, PPT y demás pela bolas).
El poema, Clase media, del gran Mario Benedetti, que adorna esta página web, del PSUV Baruta, habla por sí solo de esa expresión tan etérea, nebulosa, inasible, huidiza y etcétera para mi escaso y árido entendimiento. Dice Benedetti de la clase media: …peón en un ajedrez que no comprende y que nunca la convierte en Reina. Pero, sin dejar las matemáticas a un lado, es imposible, pasemos de manera rasante, al igual que antes (mis carencias obligan) al lenguaje, tan imbricado con ellas, con las matemáticas. Para hacerlo, si fuera posible, con cierto orden, veamos la acepción que de clase media, nos da el Diccionario de la Lengua Española (DRAE), de la Real Academia Española (RAE):
Clase media.
1. f. Conjunto social integrado por personas cuyos ingresos les permiten una vida desahogada en un mayor o menor grado.
Lo primero que me viene a la cabeza es la ahogada clase a la que pertenezco, y a la que, a Dios gracias, perteneceré ad aeternum; la pobre y así intentar una imposible aproximación entre ambas clases. Pero como ese no es el asunto, sigamos con el lenguaje.
Así, vamos a intentar acercarnos al pensador y activista por la paz y la libertad, Bertrand Russel, filósofo y matemático británico, para lo cual debemos recordar que Russel al iniciar sus estudios reconoce la tradición hegeliana de Cambridge, mas a partir de 1898, reacciona contra ella, porque esa filosofía no le permitía avanzar en la fundamentación de las matemáticas, cuestión que estaba entre sus más urgentes inquietudes intelectuales. Pero, además, porque tomó conciencia de que una perspectiva idealista y monista, era contraria a su creencia por el sentido común, según el cual el mundo está compuesto por múltiples individuos separados y a la vez relacionados entre sí.
Sin embargo, junto con su condiscípulo George Edward Moore, se da cuenta de que cayeron en un realismo extremo; en lo opuesto. Y, a la sazón, en 1900 Russel, publicó Exposición Crítica de la Filosofía de Leibniz, ahí sentó que la metafísica occidental basada en la categorías de sustancia y atributo, no era más que un reflejo, en cierto sentido, implícito de la estructura proposicional con su sujeto y su predicado. Comienza así, la exploración de las posibilidades de interpretar, filosóficamente, lenguaje y matemáticas.
En el año 1903, publica Los principios de las matemáticas, y luego junto con otro filósofo británico; Alfred North Whitehead, Principia Matemática, esta obra fue, junto con las de otros investigadores, el origen de la matemática moderna.
Bertrand Russel, estaba interesado en la vinculación entre matemáticas y lógica, para eso estudió la obra todavía revolucionaria (comenzaba el siglo XX) y muy poco conocida de Gottlob Frege, un pensador alemán, quien plantea una posibilidad de comprensión de las matemáticas, convirtiendo a los números en clases, cada uno de los números sería una especie de clase. Empero, Russel, se tropieza o choca con el dilema del cretense Epiménedes: Todos los cretenses son mentirosos, de tal manera que si decía la verdad, estaba contradiciéndose porque él mismo era un cretense, pero si mentía; estaba contradiciendo su propio planteamiento porque estaba diciendo la verdad.
Esta paradoja circular, es aplicable a las clases, hay clases de objetos que se contienen a sí mismo, por ejemplo; la clase de todas las clases, a su vez es una clase pero, en cambio hay otras clases que no se contienen a sí mismas; la clase de todos los perros no es un perro, por ejemplo. Entonces, dice Russel, esto encierra una contradicción semejante a la de Epiménedes, porque habrá la clase de las clases que no se contienen a sí mismas que, o bien se contiene a sí misma y entonces contradice su planteamiento, o no se contiene a sí misma y entonces, cae en la paradoja circular como Epiménedes.
Este problema complejo, aunque parezca un poco un trabalenguas, llevó a Russel a proponer la posibilidad de una teoría de las descripciones, es decir; de una serie de lenguajes dentro de los cuales no se pueden ejercer determinadas atribuciones, pero, en cambio se pueden atribuir desde un lenguaje de nivel superior. Hay cosas que decimos no dentro del mismo lenguaje donde chocan, sino desde un nivel superior donde ya vuelven a tener sentido. Sin suda, es una de las aportaciones sutiles, muy complejas, muy profesionales que hizo Russel y que luego ha tenido mucha importancia en el desarrollo de la lógica contemporánea.
Finalmente, el epígrafe (autoría de Ludwig Wittgenstein, filósofo y lingüista austriaco), es una invitación a estudiar a este hombre genial, alumno irreverente de Russel y Moore, fue el mismo Wittgenstein, quien sentenció: Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo.
Sino se entiende algo o nada, véase del modo siguiente:
Clase media revolucionaria, socialista o en positivo: ¿aporía, confusión gramatical o paradoja circular?